La agricultura es uno de los ejes fundamentales de la economía del sureste de España. Esta zona presenta la mayor concentración de invernaderos de Europa con más de 40.000 hectáreas de cultivos que proveen a toda Europa de frutas y hortalizas. Entre los cultivos destacados de la zona, se encuentran el tomate, el pimiento, el calabacín, la berenjena, el melón o la sandía.

Este territorio presenta unas condiciones inmejorables para la agricultura, obteniendo una temperatura media anual de unos 20 grados y teniendo más de 300 días de sol al año.

 

La región oriental de España apuesta por un uso eficiente de todos los recursos que posee, produciendo género sin causar un gran impacto en el medio ambiente y siendo la sostenibilidad de este uno de los pilares fundamentales sobre los que trabajar. Debido a ello, se realiza un uso responsable de agua (consumiendo la mitad que en el resto de España) y se gestionan los residuos de una manera eficaz, reciclando los plásticos desechados en el invernadero y utilizando los restos vegetales como fuente de energía. Además, y debido al clima, la energía que se consume mayoritariamente en el sureste español es la solar, no siendo especialmente necesario el uso de calefacciones que dañan el medio ambiente.

Asimismo, la agricultura del sur del Mediterráneo, se encuentra a la vanguardia en el control integrado de plagas, utilizando un sistema que consiste en utilizar depredadores naturales para acabar con los organismos que afectan a las plantaciones. Además, y con el fin de controlar la calidad del producto, se han establecido sistemas de control de frutas y hortalizas para garantizar el estado óptimo de éstas.